Me encanta esta era de las nuevas tecnologías y avances que nos hacen (o lo intentan) la vida más fácil.
Y quién lo iba a decir, que se me iban a juntar dos de mis peores pesadillas: cocinar y las verduras. Soy consciente de que no debería decir esto, pero odio las verduras, nunca me han gustado. Para ser realistas soy como los niños pequeños, sería capaz de alimentarme de macarrones con tomate y patatas fritas sin ningún problema.
Como ya he comentado en alguna ocasión, soy una completa negada para la cocina, por lo que como el que manda en la cocina de casa es mi marido y él sí que come de todo, mis hijos siempre han tenido una alimentación muy variada: potajes, verduras, lentejas, pescado… vamos, todo lo que a mí no me gusta. De hecho, alguna vez en algún restaurante hemos creado confusión al camarero porque siempre me ponen a mí el plato de verduras y a mis hijos el de pasta con tomate y se quedan alucinados cuando los intercambiamos 😁.
Bueno, pues todo eso ha pasado a la historia. Después de la operación, mi metabolismo a decidido revelarse y me veo obligada a hacer dieta, cosa que nunca había hecho antes, por lo cual, estoy más perdida que un pulpo en un garage.
Teniendo en cuenta que la verdura lleva vitamina K que interfiere en el sintrom, al principio me puse muy contenta porque encontré la excusa perfecta para no comerla, pero al final he tenido que claudicar y añadirla a mi dieta.
A lo que iba, el tema es que yo no sé cocinar y un día dando una vuelta por un centro comercial, encontré una freidora sin aceite. Me estuve informando y resulta que el mundo del «airfryer» es una tendencia cada vez más extendida.
Existen innumerables blogs que hablan de los beneficios que tiene, miles de recetas de todo tipo y un montón de comunidades.
Así que ahí estoy yo, matando dos pájaros de un tiro: por un lado, no necesito saber cocinar, solo los tiempos y la temperatura adecuada para cada alimento y, por otro lado, comer más sano. Todo lo cocino en la máquina: las carnes, las verduras, los pescados… He llegado a hacer hasta un brownie, que no es mucho de dieta, pero había leído que también se podía hacer y por probar que no quede 🤪.
Básicamente, su funcionamiento es muy parecido a un horno, pero al ser más pequeño no necesita precalentamiento ni tanto tiempo para cocinar los alimentos, por lo que también me resulta más económico.
¿Vosotr@s lo habéis probado?